Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno mental que perturba la percepción, el pensamiento y la conducta, a menudo marcado por alucinaciones y delirios. Por lo general, se manifiesta en la adolescencia o la adultez temprana.
Esquizofrenia
Aunque se habla de esquizofrenia como si fuera una sola enfermedad, probablemente comprende un grupo de trastornos con etiologías heterogéneas. Los síntomas y signos son variables e incluyen cambios en la percepción, la emoción, la cognición, el pensamiento y el comportamiento. La expresión de estas manifestaciones es diferente en cada paciente y varia con el tiempo, pero el efecto siempre es grave y suele empezar antes de los 25 años, persistiendo durante toda la vida.
La esquizofrenia tiene la misma prevalencia en hombres que en mujeres. Sin embargo, el inicio y la evolución de la enfermedad en ambos sexos difiere. Se han descrito 5 subtipos de esquizofrenia dependiendo de la base de presentación clínica:
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Esquizofrenia paranoide: Este tipo se caracteriza por la preocupación por uno o más delirios o alucinaciones auditivas frecuentes. Los pacientes que sufren este tipo desarrollan el primer episodio más tardíamente que en otros subtipos, pero los recursos del paciente suelen ser también mejores que los de los otros subtipos. Los individuos suelen ser desconfiados, nerviosos, reservados, a veces hostiles o agresivos, pero en situaciones sociales saben comportarse como corresponde. La inteligencia de las zonas que no están afectadas por la psicosis suele permanecer intacta.
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Esquizofrenia desorganizada: Este tipo conlleva una desorganización con una regresión importante hacia un comportamiento primitivo, desinhibido y desorganizado, y por la ausencia de los criterios de coinciden con el tipo de esquizofrenia catatónica. Este subtipo aparece de forma temprana antes de los 25 años. Los individuos normalmente son activos, pero de un modo desorientado y nada constructivo. Presentan un trastorno del pensamiento pronunciado y su contacto con la realidad es mínimo. Su aspecto es desaliñado y su comportamiento social y sus respuestas afectivas son inadecuadas.
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Esquizofrenia catatónica: El rasgo característico de este subtipo es la alteración importante de la actividad motora; este problema puede causar estupor, negativismo, rigidez, excitación, adopción de posturas extrañas o catalepsia. En ocasiones, el paciente muestra alteraciones rápidas, pasando de un estado de excitación a uno de estupor. El cuadro asociado a esta afección se compone de movimientos estereotipados, manierismos y flexibilidad cérea. El mutismo es particularmente habitual.
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Esquizofrenia residual: Este tipo se caracteriza por manifestaciones continuas de alteración con ausencia de un conjunto completo de síntomas activos o de síntomas suficientes para cumplir con el diagnostico de otro tipo de esquizofrenia. En este tipo normalmente aparece embotamiento afectivo, retraimiento social, comportamiento excéntrico, una manera de pensar ilógica, leve asociación laxa de las ideas. Cuando se producen delirios o alucinaciones o bien no se destacan o no van acompañadas por un fuerte afecto.
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Esquizofrenia indiferenciada: A menudo, pacientes que son claramente esquizofrénicos pero que no encajan fácilmente en uno u otro subtipo se incluyen en este subtipo.
Actualmente la esquizofrenia se trata fundamentalmente con determinados medicamentos, denominados neurolépticos o antipsicóticos, que tienen la capacidad de corregir desequilibrios de los neurotransmisores.
Se diferencian dos tipos de antipsicóticos: los clásicos y otros más recientes que se llaman neurolépticos atípicos. Estos últimos tienen la ventaja de producir menos efectos secundarios.
En casos muy concretos como la escasa respuesta al tratamiento con medicamentos, con grave riesgo de suicidio o agresión hacia otros, en el subtipo de esquizofrenia catatónica puede estar indicado el tratamiento con electroshock.
La terapia psicosocial precisa de mecanismos asistenciales como talleres ocupacionales, centros de día, centros de salud mental y grupos de autoayuda. El diálogo entre paciente con esquizofrenia y el médico puede ser un instrumento terapéutico importante, si tiene como fin que el enfermo conozca su patología, y se le enseñe a convivir con ella y a utilizar sus propios recursos psicológicos y ajenos -familia, amigos, apoyo-, para acercarse más a su entorno.
Por otra parte, es importante que el médico psiquiatra informe tanto al paciente como a los familiares con los que convive sobre las características sintomáticas de la enfermedad y les ayude a distinguir cómo se han manifestado en su caso particular, con vistas a prevenir o intervenir con prontitud en caso de reagudización.
Otros trastornos psicóticos
Trastorno de ideas delirantes
El diagnostico de trastorno delirante se establece cuando un individuo presenta delirios no extravagantes de al menos un mes de duración y que no pueda atribuirse a otros trastornos psiquiátricos. La expresión de “no extravagantes” significa que los delirios deben corresponder a situaciones que pueden suceder en la vida real, es decir, habitualmente conciernen a fenómenos que, aunque no sean reales, son, cuanto menos, posibles.
Existen diversos tipos: tipo persecutorio, tipo celotípico, tipo erotomaníaco, tipo somático, tipo de grandeza, tipo mixto.
Trastornos psicóticos agudos y transitorios
El trastorno psicótico agudo o breve se define como un trastorno que implica el inicio súbito de síntomas psicóticos que duran entre un día o más, pero menos de un mes. La remisión es completa y el individuo retorna al nivel funcional premórbido. El trastorno psicótico breve es un síndrome agudo y transitorio, pero puede poner de manifiesto la vulnerabilidad mental de un paciente. Aproximadamente la mitad de los pacientes en los que se diagnostica por primera vez un trastorno psicótico breve muestran finalmente síndromes psiquiátricos crónicos, como esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, estos pacientes tienen buen pronóstico.
Trastornos esquizoafectivos
El trastorno esquizoafectivo tiene características de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o del estado de ánimo.